Yo ya dejé de creer en las palabras
ajenas, ahora solo
(casi) creo en los hechos. ¿Para qué hacerme ilusiones? Creo que ahora prefiero no creer, así el golpe después no duele, porque nunca lo tomé como cierto, porque nunca me hice ni adorné alguna espectativa para una realidad que n o e x i s t e.
No hay comentarios:
Publicar un comentario