domingo, 24 de octubre de 2010

Creo que, si quisiera inventar algo, sería un borrador de recuerdos (pastilla, remedio, aparato, lo que sea). Me gustaría sacar las imágenes, en sentirlas tan cerca llega a ser desesperante en algunas ocaciones. Quisiera controlar el tic tac de aquel reloj, detener o adelantar el tiempo a mi gusto, parar en aquella escena que tango me gusta; disfrutar eternamente (o casi eternamente) ese precioso momento, ver el brillo en tus ojos de nuevo, escuchar el nerviosismo de tu voz una y otra vez hasta el cansancio (el cual tal vez nunca llegue). Me gustaría ser capaz de sacar todo, de gritar, de gritar que N A D A me importa, que tu voz y su voz ya no provocan nada en mí, que su prescencia pasa desapercibida.
Quiero poder tomar mi corazón y hacerle entender qué es lo que de verdad debiera importarle ( y afectarle )

viernes, 8 de octubre de 2010

Ella sólo dejó que se largaran, que tomaran sus cosas, las empacaran cuidadosamente y se fueran. De hecho, ella lo quería, se controlaba para no hecharlos a gritos de su cabeza y su cuerpo.
Quería ser inmune, quería no pensar, no reír, no llorar, no s e n t i r.

¿Sentir? Habían pasado 6 días, y casi ya olvidaba lo que era.

jueves, 7 de octubre de 2010

Hola - Hola. ¿Qué haces aquí? - Vine a despedirme, porque este ya no es tu lugar. Y no lo lamento. - ¿A qué te refieres? - A que al fin lo entendí, y te puedes ir, que tu tiempo acá se acabó. A que mi sonrisa ya no se irá por recordarte, porque ya no haré ni recordarte. O tal vez sí, pero no lo notaré.