sábado, 18 de septiembre de 2010
R E A L
¿Esto es a lo que llaman v i d a? ¿Y cómo sé yo que esto es r e a l y que no es otro invento de mi subconciente? Aquí ya no sirve la excusa de :"Tócate, siéntete y sabrás que estás viva", porque ya ni eso me convence.
viernes, 17 de septiembre de 2010
...
Y ahora, dime, ¿Qué hago con los sueños? ¿Solo los tomo, los amontono todos y los guardo donde no vayan a salir otra vez? A veces no se imagina el dolor de ver esa ilusión frente a ti todo el tiempo, sentirla y escucharla, pero no poder tocarla.
Entonces ven y dame tu receta, dime cómo lo haces para no verlos, para apartarlos de tu mente y que no te atormenten a cada segundo, que no te recriminen el hecho de que no puedan ser r e a l i d a d, de que no PUEDAS hacerlos realidad.
Entonces ven y dame tu receta, dime cómo lo haces para no verlos, para apartarlos de tu mente y que no te atormenten a cada segundo, que no te recriminen el hecho de que no puedan ser r e a l i d a d, de que no PUEDAS hacerlos realidad.
martes, 14 de septiembre de 2010
Respuesta.
¿Debía continuar o no? ¿Hacerse ilusiones, o simplemente derrumbar todo? Una vez más se encontraba en esa situación, con aquellas preguntas y aquellos sentimientos mordiendo y desgarrando poco a poquito las paredes de su mente, de su cuerpo, de sus sueños. Odiaba cuando su mente no se callaba un rato, así que tomó sus audífonos e intentó apaciguar su voz un poco, hacerla a un lado, que se cansara de hablar sola y la dejara en paz; ella no quería nada, nada, n a d a. Era casi insoportable, casi como el tic-tac insesante del reloj de mesa, como una mosca que vuela a tu alrededor y su zumbido te hace tiritar hasta los nervios. Su mente quería una respuesta, y un respuesta YA. Lo malo era que ella no sabía si podía responder, si quería responder. Cerró sus ojos, tocó su pecho suavemente, intentó tomar su corazón entre sus manos y, a voz alta, dijo: m e r i n d o.
lunes, 6 de septiembre de 2010
Creo que le temo a las palabras (pero a las habladas, no a las escritas). Creo que sufro de ese síndrome de no poder decir las cosas en voz alta. Es sumamente extraño cómo con un lápiz las cosas son mucho más simples, y cómo me pareciera que mi boca no logra moverse cuando trato de hablarlo, de gritarlo, de sacarlo. Es como si de verdad algo las dejara pegadas a mis cuerdas vocales, como que estuviesen atoradas y no quieren/pueden salir.
Es como cuando tratas de desprender algo que pegaron con la gotita, no puede salir sin romperse un poco.
Es como cuando tratas de desprender algo que pegaron con la gotita, no puede salir sin romperse un poco.
viernes, 3 de septiembre de 2010
Su mirada estaba en el suelo, fija, clavada, siendo casi una sóla con esa fría cerámica. Volteó, sonrió, calló y caminó. No había nada que decir, nada que escuchar, nada que entender. Quería dejar de pensar y de sentir, por lo que cerró aquella puertecita a su mente/corazón y no dejó que volvieran a entrar, al menos por esas horas que restaban del día, lo único que necesitaba era llegar a su casa, tomar su almohada y dormir; y O L V I D A R.
¿Y él? Él no hizo nada, sólo la miró, observó cómo lentamente se alejaba y lo apartaba de su camino, de sus sueños, de su v i d a. ¿Por qué?
Porque él también temía a entregarse.
¿Y él? Él no hizo nada, sólo la miró, observó cómo lentamente se alejaba y lo apartaba de su camino, de sus sueños, de su v i d a. ¿Por qué?
Porque él también temía a entregarse.
jueves, 2 de septiembre de 2010
Siempre, pero siempre después de despertar ella cierra los ojos e intenta volver, llama con su voz a todo volumen a ese mundo para que vuelva a ella (o para que la espere y no se vaya), intenta con todas sus fuerzas que no se escape, que no la deje, que no se disuelva. A ella nunca le ha gustado regresar a la realidad, pero el tiempo, su madre y el despertador nunca le han hecho caso ni la han dejado irse.
Es por eso que, su mayor tesoro, es una simple libreta, un cuadernito muy normal a simple vista, pero que dentro lleva todas esas palabras, sílabas y letras que cuidadosamente guardan todos sus sueños, aquello que ella más quiere, que más ama y que siempre teme o l v i d a r.
Es por eso que, su mayor tesoro, es una simple libreta, un cuadernito muy normal a simple vista, pero que dentro lleva todas esas palabras, sílabas y letras que cuidadosamente guardan todos sus sueños, aquello que ella más quiere, que más ama y que siempre teme o l v i d a r.
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