miércoles, 31 de diciembre de 2008

A los deseos y sentimientos les encanta jugar sucio y darte malas pasadas. Lo sé porque el otro día me lo dijeron, y lo peor de todo es que yo aún así les creo. Es como si fueran sadomasoquistas, ¿no creen? O bueno, depende del punto de vista se podría decir masoquista. La cosa es que les encanta adornarte la realidad y después mostrártela tal como es. Entonces ahí tú piensas "¿Por qué creí?". Según mi punto de vista existen dos tipos de personas: Las que creen todo y las que no te creen ni lo que rezas. A las que creen todo les puedes inventar la historia más irreal, adornarla y adornarla y hacerla parecer una de esas novelas fántasticas de Julio Cortázar, y aún así se lo creen y te preguntan :"¿En serioo?", y las que no creen simplemente te miran y se van. Lo admito, yo soy de las que se lo cree todo. ¿Por qué tendrían que mentir los demás?
Ven, eso es ser ingenua. O simplemente we-o-na.

martes, 23 de diciembre de 2008




Sí, me carga ser tan excesivamente cursi y mamona para mis cosas, como todas las mujeres según Guy en "La ciencia del Sueño" (película que, de por cierto, recomiendo muchísimo para aquellos días en que no sabe qué hacer y se siente un poquito colapsado/a).


Uno de mis tantos sueños frustrados (pero más que frustrados) ha sido siempre el poder controlas mis sueños y lo que sueño, como Stéphane. O poder vivir dentro de mis sueños, o que mi vida sea un sueño, o soñar una vida soñada.


Y sí, me gusta soñar, aunque muchas veces no lo recuerdo, pero me gustría sentir eso de mezclar la realidad con los sueños, y que las cosas se muevan como robots y sean de algodón o felpa y el mar fuera de celofán. Me gustaría tener un Pony y llamarlo Dorado, el chico Pony. Y me gustaría tener un Stéphane, que me regale una máquina que retroceda el tiempo, aunque fuera un segundo, y así acumularlos y repetir cien veces los detalles más preciosos. Y me gustaría ser Stephanie, aunque en su lugar yo no sería tan orgullosa, y le diría que sí a Stéphan cuando me preguntara ¿Quieres casarte conmigo a los 70 años? (aunque en verdad, ella también acepta). Y también le tomaría la mano para que pudiese dormir, pero no sólo le tomaría la mano, lo abrazaría y le diría que siempre velaría sus sueños.


Y sí, soy horriblemente cursi.


sábado, 20 de diciembre de 2008

Año pasado, Pasado año.




Como ya el 2008 está que termina, y como dicen por ahí que hay que renovar las cosas, ¿por qué no comenzar una nueva etapa?. Por eso, sí, mi blog antiguo ha quedado atrás (más que atrás, creo yo), y esperemos comenzar con el pie derecho este nuevo año.

Ayer me estuve acordando de los años anteriores, y es increíble como aquellos recuerdos logran traer consigo los sentimientos de aquel momento, haciendo casi creer que ese pasado es un presente (¿O será que yo no quiero dejarlos atrás?). Recordé y recordé, y era casi como ser una completa extraña viendo una de esas películas biográficas de personajes fámosos (sólo que, obviamente, en este caso no soy ningún personaje famoso) y en cada escena pensar "¡Oh, sí, yo ví eso antes!". Es un tanto extraña esa sensación de nunca haber vivido lo que en verdad sí.

Por otra parte, ¿Nunca les ha ocurrido que tratan te traer un momento al ahora, y no lo logran? Es como si alguien hubiese tomado el manuscrito de tu vida y hubiese borrado aquellos capítulos que no le gustaron, o como si el director de una película hubiese sacado las escenas que no iban de acuerdo a su ideal. Muchas veces me he encontrado tratando de ver aquellos recuerdos, sin resultados a favor, y muchas veces he llegado a la misma conclusión: al parecer, inconcientemente logré bloquear mi mente, como una especie de "autodefensa". ¿Qué loco todo esto, no?



Pero, sinceramente, creo que me gusto más como estoy ahora.





Limito con el sol → Saiko