Y ahora, dime, ¿Qué hago con los sueños? ¿Solo los tomo, los amontono todos y los guardo donde no vayan a salir otra vez? A veces no se imagina el dolor de ver esa ilusión frente a ti todo el tiempo, sentirla y escucharla, pero no poder tocarla.
Entonces ven y dame tu receta, dime cómo lo haces para no verlos, para apartarlos de tu mente y que no te atormenten a cada segundo, que no te recriminen el hecho de que no puedan ser r e a l i d a d, de que no PUEDAS hacerlos realidad.
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